Las empresas deben asegurarse de que la visualización de los precios sea clara y no engañosa, proporcionando el precio total a pagar antes de la compra a través de varios métodos de comunicación. Las prácticas engañosas incluyen publicidad falsa de precios de venta, comparar precios mostrados con costos incorrectos y no revelar todas las tarifas aplicables por adelantado, particularmente en transacciones en línea conocidas como "precios por goteo". Se recomienda a los consumidores que calculen el coste total, tengan cuidado con las opciones preseleccionadas y estén preparados para buscar mejores ofertas. Cuando se muestran varios precios para el mismo artículo, se debe respetar el precio más bajo y cualquier discrepancia en el momento del pago se debe abordar vendiendo al precio más bajo mostrado. El precio total debe mostrarse de forma destacada, incluidas todas las tarifas inevitables, mientras que los extras opcionales pueden excluirse si no se preseleccionan. Las empresas también deben comunicar claramente cualquier recargo, como tarifas de pago o cargos de fin de semana, asegurando que los consumidores estén completamente informados antes de realizar compras. Las prácticas adecuadas de visualización de precios benefician tanto a los consumidores como a las empresas honestas, fomentando la competencia leal. El último análisis de clases de activos revela información importante sobre las valoraciones actuales y las oportunidades de inversión. Muchas clases de activos, incluidos efectivo, bonos, propiedades y acciones, muestran rendimientos condensados en comparación con hace un año, cuando la inflación era más alta. En particular, las acciones estadounidenses, particularmente en sectores como tecnología y atención médica, parecen sobrevaluadas, con el S&P 500 cotizando a una relación precio-beneficio futura de 21, muy por encima de su promedio histórico. De manera similar, los bienes raíces residenciales australianos se consideran excesivamente caros, con un rendimiento bruto de alquiler de sólo el 3,5%, lo que se traduce en una alta relación precio-venta. En cambio, las acciones internacionales, especialmente en mercados como Japón y los Mercados Emergentes, presentan mejor valor, con una rentabilidad por dividendo del 3,2%. Las acciones de valor y las de pequeña capitalización también se destacan como oportunidades potenciales debido a su reciente bajo rendimiento. Curiosamente, se sugiere que el efectivo está infravalorado, y los depósitos a plazo ofrecen rendimientos atractivos en comparación con muchos activos de riesgo. Los bonos australianos se consideran bastante valorados, mientras que las acciones australianas presentan un panorama de valoración mixto, con algunos sectores significativamente sobrevalorados. En general, los inversores deberían considerar un enfoque diversificado, centrándose en activos infravalorados y siendo cautelosos con los segmentos sobrevalorados.
